domingo, noviembre 05, 2006

BAILARINAS (EDGAR DEGAS)



"Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar"

Escasamente habían transcurrido tres años desde que Antonio Machado se casara con
la joven Leonor cuando la muerte se llevó a su esposa.
En él, en tí, Maribel, y en muchos otros se comprende ese alarido cuando se pierde
al ser mas querido.

Pero también nos dice el poeta:
"Late, corazón.... No todo
se lo ha tragado la tierra"

Siempre queda su espíritu con nosotros, siempre queda en nuestro corazón un
fondo de amor.

Pero tu vida no puede estar llena de noviembres, no puede ser un camino lleno
de luto y tristezas:

"Como se fue el maestro,
la luz de esta mañana
me dijo: Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja,
¿Murió?.....Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara,
diciendonos: Hacedme
UN DUELO DE LABORES Y ESPERANZAS.

Sed buenos y no más, sed lo que he sido
entre vosotros: alma.

Vivid, la vida sigue,
los muertos mueren y las sombras pasan;
lleva quien deja y vive el que ha vivido.

!Yunques, sonad; enmudeced, campanas!"


El duelo debe ser de labores y esperanzas, por eso deben sonar los yunques
(el trabajo) y enmudecer las campanas (el luto vacío).
Porque quien ha dejado aquí su obra y ha vivido intensamente, sigue viviendo
con nosotros. Sólo muere quien en vida era una sombra vacía.

Y todo ello porque:

"Si vivir es bueno,
es mejor soñar,
y mejor que todo,
madre, despertar."

La vida sigue para nosotros y debemos afrontar la realidad con espíritu valiente,
con ánimo vigoroso, conscientes incluso de nuestra propia libertad.

Y mientras tanto:

"Escribiré en tu abanico
te quiero para olvidarte,
para quererte te olvido."

Algo maravilloso pasó por mi vida. La distancia definitiva me alejó de su
memoria, pero recuperé sólo aquello (y fue mucho) que me hizo vivir momentos
inolvidables.

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