miércoles, septiembre 27, 2006

Niñez

Quiero empezar a escribir mis recuerdos, vivencias.
Me parece una tarea dificultosa, paradójica, dada mi mala memoria, creo que tengo algunos años totalmente borrados. Va a ser una ocupación, un entretenimiento bonito, tal vez me ayude a estar en paz conmigo misma, y con los demás.
Nací en Noviembre de 1951 (ultimo día de ferias) cómo siempre dice mi madre.
Se celebraba una Feria de ganado los tratantes iban con unas “mandarras”negras, toda una fiesta, ver los animales, los charlatanes, se subían en zancos e intentaban vender productos mágicos, había puestos con chucherias para los “muetes” manzanas caramelizadas, algodón de azúcar, chufas, castañas pilongas. etc
Con los años esta feria, paso a ser de Maquinaria Agrícola.
En esta fecha empezaba el frío, se estrenaba el abrigo el primer año, al año siguiente se le daba la vuelta y al tercer año se teñía de azul marino para el colegio. También se teñían los zapatos.
En Diciembre para Navidad, venían los abuelos.
Y la abuela todos los años me regalaba una cajita de cartón redonda de colores, era la “anguila” turrón de mazapán.
La Navidad me producía mucha tristeza, y los Reyes una gran decepción, a pesar de que en la gran cocina de la Calle Pontarrón, con la ayuda de mi padre, poníamos en los zapatos maíz y un cubo con agua para los caballos. Me pasaba la noche pensando ¿Cómo iban a subir los caballos con los reyes, al último piso de aquel caserón, trepando por aquel minúsculo patio interior?
A la mañana siguiente lo único que pasaba era que el maíz y el agua habían desaparecido. ¿Cómo era posible? Si yo no había pegado ojo. Y con la sensación de que solo los caballos habían visitado nuestra casa.

6 comentarios:

Ana dijo...

Patria pequeña y fugaz, la infancia.
Muetes!! Hacía años que no escuchaba esa palabra!
Feliz singladura, gracias por tu visita.

Ana María dijo...

A mí me pasa igual, tengo años borrados de la memoria :).
Intentar recordarlos y escribirlos es un buen deporte. Espero que disfrutes tu haciéndolo y yo leyendote.

Mendieta Quintana dijo...

Yo también entro, de vez en cuando, en la casita del recuerdo que tengo al fondo del jardín, pero no suelo quedarme mucho tiempo... Prefiero visitar las casitas de los demás... Gracias por dejarnos quedarnos un ratito.
Besos luneros.

Antonio Latorre Jimenez dijo...

Enacantada de haberte conocido no?
Que bueno, gracias por la visita y vuelve cuando quieras una mujer florero queda muy bien en mi cocina.
Los recuerdos de la niñez que bonitos y ¡pordiosbendito que lejos quedan¡

Anónimo dijo...

No sabes lo triste que me ha dejado tu recuerdo del día de Reyes. Al contrario que tú en mi casa los Reyes Magos eran muy explendidamente generosos, siempre han venido cargados de juguetes. Los días antes de Reyes mi hermana y yo adecentábamos las muñecas para que vieran que las tratábamos bien ( lo cierto es que las muñecas a día de hoy aún están impecables), sabíamos que el mágico día estaba cerca porque en el pesebre los Reyes cada día se acercaban mas al portal.La noche Mágica antes de irnos a la cama, dejábamos encima de la mesa un platito de postre con turrón y tres copitas de licor (señal de que a casa venían los tres Reyes) y pan para los camellos. Esa noche nos costaba mucho dormirnos y creo que dormíamos muy pocas horas, nos despertábamos veíamos que habían comido turrón y bebido el licor y corriendo y gritando de alegría ibamos a la habitación de los papas, a avisarles de que ya habían llegado. Nos poníamos a buscar los paquetes (porque me he olvidado de explicartelo en mi casa los Reyes nos escondian los regalos por toda la casa). Los paquetes no ponian el nombre de para quien iban pero eso no era un problema, la mama sabía de quien eran y lo bueno del caso es que nunca se confundió.

mujer-florero dijo...

Los recuerdos que tengo de mi niñez son bastante tristes.
Creo que por eso estas fiestas tan cargadas de emotividad me siguen produciendo mucha tristeza.