viernes, noviembre 28, 2008

GRIS OSCURO CASI NEGRO

Tengo un viernes grisssssss casi negro.

A pesar de que miro por la ventana y veo un cielo azul, limpio, claro, luminoso, hace frío, eso sí mucho frío, aunque no tanto como en el norte en esta época del año.

No me gusta nada este estado de ánimo, con la gama de colores tan variada que existe, hoy ha de tocarme el gris. ¡Vaya por Dios!

Tengo a una Miss a la que atender y cuidar, malhumorada, agria, ácida, aburrida, con unos suspiros teatrales que le salen de lo más profundo.

Es lo que hay, es lo que me toca vivir en esta etapa de mi vida. ¡Ya lo sé!

Tengo el tendedor lleno de ropa seca esperando a ser planchada. ¡No quiero planchar!
Tengo que pasar el aspirador, quitar el polvo, limpiar los baños y la cocina. ¡No quiero limpiar!
Además la terraza está llena de hojas secas. Tengo que barrerla y pasarle la manguera.
¡Tampoco quiero hacerlo! Afuera hace demasiado frío.

Mientras escribo se están cociendo las verduras para el puré, el pescado lo haré a la plancha.

Jiddu Krisuhamurti (1895-1986)
Dice en un libro que acabo de leer:

Un rio pasa fluyendo, lleno, potente caudaloso. Cruzar el rio se convierte en un problema cuando quiero alcanzar la otra orilla, donde creo que hay más libertad, más belleza, más encanto, más paz, etc. Pero veo que no puedo cruzar el rio.

¿Que le pasa a mi mente? No está satisfecha con permanecer en esta orilla.
Pero no tiene ningún problema.

Mis heridas no son un problema a resolver, la insatisfacción, las heridas, la impotencia son estados de ánimo. Pero no son un problema a resolver.

Los convertimos en problema cuando, en lugar de ACEPTAR esos estados de ánimo como parte de nuestra vida, pretendemos hacerlos desaparecer.
Mis heridas no son un problema a resolver.

Visto lo visto no tengo ningún problema que resolver, solo me queda el derecho a la pataleta. Y esperar con este color verde esperanza, que el gris cambie a un color más luminoso.